El propietario de un Tesla Cybertruck conducía por la autopista cuando se encontró con una inquietante muestra de agresión por parte de un camionero. Otros conductores les arrojaron piedras y los rociaron con un espeso humo negro, una práctica conocida como rodado de carbón.
Después de que el incidente fuera captado en video, el conductor del Cybertruck compartió las imágenes en Reddit, donde parecía disgustado.
«¿Podemos todos acordar colectivamente no estar de gira?» una persona se lamentó.
Desafortunadamente, es una experiencia bastante común para los propietarios de vehículos eléctricos de los modelos insignia, quienes a menudo son el blanco del sentimiento anti-VE por parte de los conductores de gasolina y diésel.
Además de laminar carbón, se sabe que estos oponentes de los vehículos eléctricos cortan cables o destruyen completamente los cargadores para evitar que los propietarios de vehículos eléctricos puedan suministrarlos. Incluso se dirigen a ciclistas y peatones, colocándolos en una categoría más amplia de personas que se oponen a las fuentes de energía sucia impulsadas por motores de gasolina y diésel.
Pero, como dijo una persona: «Esa no es excusa para tirar piedras… No puedes ser violento sólo porque no te gusta algo».
Es un encuentro increíblemente frustrante para los conductores que simplemente siguen con su día a día. «Informo sobre esto con bastante frecuencia», respondió un Redditor. Otro compartió un enlace a una página donde las personas pueden denunciar este comportamiento en Utah, donde se grabó el vídeo, pero no todos los estados cuentan con ese recurso todavía.
La adopción de vehículos eléctricos contribuirá a lograr un futuro más seguro y limpio para todos, incluidos los conductores actuales con motores de combustión interna (ICE). Según la experta en investigación de la Universidad de Oxford, Hannah Ritchie, el mundo produce 16.500 millones de toneladas de fuentes de energía sucia cada año. En comparación, solo extrae 7,7 millones de toneladas de litio y minerales relacionados con los vehículos eléctricos cada año, aproximadamente el 0,05% del combustible fósil total.
Entonces, incluso si los propietarios de ICE se muestran reacios a hacer el cambio, deberían estar agradecidos, no odiados, hacia las personas que toman decisiones de consumo que apuntan a crear un planeta más limpio y reducir la demanda y los precios de la gasolina y el diésel. Como mínimo, debería aplicarse el viejo mantra de «no permitir el acoso».
¿La línea de fondo? Nadie merece que le arrojen gases de escape concentrados y «nadie merece que le arrojen piedras a su vehículo», insistió una persona.
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